II
"Cuando amo a Dios, soy el oído por el que Él oye, el
pie con el que Él anda, la lengua con la que Él habla".
Es un cuerpo femenino
el receptor de todo el elemento
divino... Una mujer poetisa, una mujer
nacida en Basora. Sus versos surcaron los aires turbulentos del nacimiento del
Islam.
Rabi'a al-'Adawiyya o Rabi'a al-Basri (Rabía de Basora),
mujer devota de la corriente mística del “Amor Divino”, una poeta sufí temprana
que la historia olvidó por mucho tiempo.
Una mujer que carga en sus hombros los tópicos de muchas otras místicas de
distintas religiones: una vida de penurias y ascetismo, pretexto es la vida
para padecer, buscando desesperadamente un Estado de Realización. ¿Un paralelismo de tópicos místicos femeninos
en distintas religiones? ¿Acaso Dios no es el mismo, el Uno, el indivisible?
Poemas de una mujer
que fueron atribuidos a una mano masculina; pues la mujer Sufí, según los
exégetas antiguos, al igual que la mujer cristiana y la judía no estaban
capacitadas para escribir de Dios… no estaban capacitadas para sentir a su
Dios… olvidando que el hombre esta hecho de barro ¿Acaso la arcilla fina puede
sentir? preguntarán ellas…
¿Puede una mujer experimentar el secreto de lo divino? El Jeque Hasan al-Basri le pregunta; ella, la
mujer de Basora le responde: "Tú sabes del cómo, pero yo sé del
sin-cómo."
Al Dios de los hombres se le teme, al Dios de las mujeres se
le ama:
¡Oh, mi señor!
Si te amo por miedo al Infierno, quémame en el infierno
Y si te amo por la esperanza del Paraíso, exclúyeme de él.
Pero si te amo por Ti mismo,
no me apartes de Tu belleza eterna”
Las escuetas biografías de mujeres Sufíes poco a poco van
llenado los estantes de las bibliotecas universitarias, creo que tarea
imposible es encontrar un común denominador femenino de la necesidad espiritual
de estas mujeres. Dirá la doctora María
Teresa Arias Bautista: “lo que las une es el llanto por la lejanía de su Dios y
las llamas en que se abrasa su alma con el encuentro divino”.
El problema de toda
praxis femenina es qué, continuamente, es la mirada masculina las que juzga sus acciones, “acciones que fueron examinadas estrictamente
sin que se encontrara en ella, en algunos casos, ningún fallo, excepto que era
de mujer”.
¿Bajo qué fuentes se debe comenzar una investigación en
torno a la mujer Sufí? Si casi todos los
historiadores, cronistas y oradores fueron hombres ¿Dónde quedaron las mujeres
que también acompañaron al Profeta Mujámmad? ¿Dónde quedaron las mujeres que
abrigaron en sus corazones lo indefinible, lo que únicamente admite ser
“vivible”? Así como el Islam abrigó la mística Sufí...
No hay comentarios:
Publicar un comentario